viernes, 13 de mayo de 2011

Carancho

En éste filme se puede ver mucha violencia, los choques automovilísticos y los atropellos son comunes en la historia, la sangre brota con desmesura. Sosa, el actor Ricardo Darín, sufre muchas golpizas y accidentes. Carancho es el tipo que se encarga de ver el pago del seguro a las víctimas de dichos percances pero es una actividad que conlleva mucha corrupción ya que suelen fabricar los incidentes y son los intercesores de una organización que se lleva la mayor parte del dinero cobrado.

En la historia Sosa se enamora de Luján (Martina Gusman) quien es una doctora que trabaja tanto en las calles como en un hospital, su relación está mezclada con los negocios ilícitos propios del Carancho. Sosa tras la muerte de un amigo suyo al fabricar un accidente toma consciencia del mal que ha ocasionado aun habiendo tratado de ayudarle pero de forma turbia y entrega todo el pago que el difunto ha de recibir a su familia, ello le trae problemas con su organización que se pelea con él. En ese trance Sosa quiere trabajar de agente libre pero parte de sus pasados empleadores no se lo quieren permitir; surge una lucha por el control de las actividades delictivas.

En adelante los planes de Sosa se dan de cara con su antiguo jefe que busca hacerlo desistir y que se aleje de su terreno mediante métodos coercitivos de fuerza. Al final todo desemboca en la mencionada violencia que ocasiona palizas, más colisiones preparadas e incluso una muerte, pero la red de mafiosos que trabajan en el mundo del Carancho es amplia que tiene dentro de sus límites a la policía; todo es por las grandes cantidades de dinero que se mueven y que permiten que Sosa siga circulando para seguir sacando provecho para la organización.

Al final Sosa está en una encrucijada en donde quiere astutamente sacarle ventaja al contexto. El camino que sigue el filme termina embrollándose pero continua una ruta llena de adrenalina que por ratos sale de control; la película cae en la exageración pero manteniendo un grado de coherencia necesario. El ritmo aumenta a medida que pasa el tiempo, hay una sensación caótica rondando la realización, se utilizan mucho las inyecciones con calmantes que se hace desmedido.

La película se convierte en una persecución y en quien logra vencer ante tanta competencia brutal y desmedida, Sosa que es un Carancho experto no se queda atrás ni sus rivales mucho menos que son maleantes sin escrúpulos capaces de las mayores bajezas pero eso no intimida a nuestro personaje principal que también llega a extremos impensados. Hay también romance, ya que la relación con Luján toma mucha forma y se convierte en una pieza importante.

Al final parece que estamos más ante una película de acción que de un verdadero drama si bien hay parte de ello en las circunstancias que rodean a Sosa. Es una película de criminales, Sosa aunque nos simpatice es parte de esa banda aunque por momentos trata de redimirse, sin embargo también está tras lo mismo que los demás, el dinero que proporcionan los seguros. Los choques son tantos que algunos parecen irónicos y fuera de lugar, el filme se convierte en una exposición de abruptos encontronazos, heridas sangrantes producto de golpes y jeringas por doquier, que son una constante.

El director argentino Pablo Trapero hace un filme entretenido, con muchos vuelcos y repleto de energía, alberga muchos hechos y para nada es previsible, siempre está sorprendiendo. Está bien armada la trama que despliega muchas aristas pero pervive una línea de entendimiento que sigue a los Caranchos y su entorno, las repercusiones de traicionar a la mafia para ser honestos y en general una suciedad moral a gran escala que alcanza a muchas personas incluso las que parecen ser decentes. Es la necesidad y la ambición trabajando juntas mientras las aseguradoras son las más timadas y no intervienen sino se dedican a abrir sus arcas para los más avispados que hacen infinidad de planes para desfalcarlas. Un auto que espera estrellarse con otro, un tipo que se droga para no sentir un fuerte impacto, abogados listos para intervenir a favor de las víctimas y sacarles la mayor parte de su indemnización, ese es el ambiente reinante. Todo esto hace de ésta película un producto con temática propia; Trapero le ha sacado mucho jugo creando un relato bastante imaginativo.